domingo, septiembre 25, 2005

EL MUNDO ESTÁ EN GUERRA


(S. Hidalgo)


Las noticias son cada día más desalentadoras.
Envuelve las cabeceras de los noticiarios
una densa atmósfera de sangre.
Hay cientos de muertos, debidamente repartidos,
por todas las cadenas televisivas;
muertos fotografiados, a todo color,
en las primeras páginas de los periódicos
- una de esas noticias
que ya casi nadie mira -;
muertos que ya no conmueven,
muertos que entorpecen los titulares
que hablan de los galácticos,
muertos que todas las mañanas
ocupan sus catafalcos en los quioscos
ordenados en paquetes regulares.

El mundo está en guerra.

El mundo, de momento,
guarda un incomprensible equilibrio
sobre una plataforma de calaveras,
sobre un recipiente lleno de odio:
sustancia notablemente más densa que el agua.

El mundo, presumo, tiende a hartarse.
Es un viejo al que, repetidamente,
le estamos tocando las narices,
un viejo en quien la paciencia
ya no es más que un residuo.

Para un viejo
pesan mucho tantas toneladas de muertos,
como le inquietan tantos estómagos vacíos
removiendo las escaras que, a este viejo,
le comienzan a salir por algunos continentes.

¡ Le duelen tanto los niños a este viejo !,
esos tallos tiernos que con el viento lloran,
que se resquebrajan cuando los pisan,
que enferman y mueren
sin haber comido nunca un helado de chocolate.

S.H., septiembre, 2005

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