martes, enero 22, 2008

UN CRISTAL ROTO


Una ventana, diez cristales sucios.
Un cristal roto por donde siempre,
desde que te fuiste,
ha entrado silenciando sus gritos
el alba...,
y el aire...

Un cristal roto, una puerta,
un permanente olor a tabaco
y una radio,

- un receptor lisiado,
contrahecho, un huérfano
con dos emisoras:
la tuya y la mía -.


( ...escríbeme,
escríbeme porque todas las cartas llegan.
Nadie me conoce, pero mi nombre
se mantiene en pie;
no soy árbol...
... no soy simplemente un árbol )

Aún es de noche...
Se me hizo cruelmente de noche al bajar de un taxi,
se me hizo de noche una tarde a las seis...,
sin aviso,
sin mediar palabra;
recogían los barrenderos mis temores sin diligencia,
irritados por los arbitrarios impulsos del viento.

El mar llegó incomprensiblemente
hasta el patio de butacas del bulevar...,
...depositando sal en los jardines.

( ¡tus labios despiden tanto calor...!
¡...esa música!

¡escríbeme con letra clara para que esta vez te entienda!,
Sabes que me gusta viajar en tren
y que guardo mis mejores libros

para los viajes más largos...)

Esta habitación es un indefinido combate,
un desastre de luz,
un solitario solar habitado por tu recuerdo...,
un refugio...,

un cristal roto.

S.H.

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